Especialistas en alta papelería y estilográficas japonesas.
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Tintas Sailor Manyo
Como
un guiño al mercado internacional y sin comercializarse en Japón, la colección de
tintas Sailor Manyo
se compone de ocho atractivos colores envasados en tinteros de 50 ml. A
diferencia de otras colecciones, la Manyo no es una producción limitada, por lo
que ha pasado a formar parte de las tintas estándar Sailor.
Deslumbrados
por los matices luminosos de las tintas, en Inktraveler quisimos conocer algo
más, empezando por el motivo de su nombre y la elección de esos ocho colores:
Manyosyu
se toma a menudo como la auténtica expresión del espíritu japonés, pero
realmente se refiere a una antología llamada Manyosyu, o “la colección de las diez mil
hojas”, que es la antología poética más antigua y reverenciada de Japón.
Durante un periodo de cuatro siglos, cuatro mil quinientos dieciséis poemas
fueron escritos por personas de todas las clases sociales, desde granjeros a
emperadores, siendo en su mayoría anónimos o erróneamente atribuidos a otros
autores de mayor fama.El compilador, o
el último de una serie de ellos, se cree que fue Ōtomo no Yakamochi, y
el último poema registrado en la colección data del año 759 adc. Según la
costumbre, la colección fue dividida en cuatro períodos y se organizó en veinte
libros, reflejando una práctica similar en otras colecciones de poemas chinos
de aquellos tiempos. La colección contiene doscientos sesenta y cinco chōka
(poemas largos), cuatro mil doscientos siete tanka (poemas cortos), un tarenga
(pequeño poema de conexión), un bussokusekika (poemas que se encuentran
en las plantas de los pies del Buda de Yakushi-ji en Nara), cuatro
kanshi (poemas chinos), y veintidós pasajes en prosa de origen chino. Y no
posee prefacio. La mayoría de los poemas fueron escritos en el estilo Tanka,
que recuerda al Haiku, pero siguiendo la estructura de sílabas de 5 + 7
+ 5 + 7 + 7.
Agregado a su mérito artístico, el Man'yōshū contiene una
importancia tal por el uso de uno de los sistemas más antiguos de escritura
japonesa: el man'yōgana. Manyo es la abreviatura de Manyosyu, y
su significado indica "personas de todo rango social".
El contenido de los
poemas se centraba, principalmente, en la naturaleza y en las estaciones que se
usaban para simbolizar los problemas políticos y los mitos de la época. Y si se
habla de naturaleza, es normal que las flores tengan especial importancia en
estos poemas, y así unos mil quinientos de ellos tratan de ciento sesenta tipos de plantas y cincuenta flores distintas, ocho de las
cuales, por su color, han sido elegidas por Sailor para estas tintas:
Akebi:
A menudo mencionada en la literatura japonesa que evoca entornos pastorales.
Dra. Bernadette Rostenkowski. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Haha: Con este nombre nos encontramos una de las tintas más extrañas de la serie, comparada siempre con la Sailor Studio 123 y de la que, valga la redundancia, han corrido ríos de tinta... y metraje de Youtube. Además de fotografías os dejamos un enlace al interesante vídeo de @inky.rocks donde la analiza a fondo.
Dr. Sheldon Cooper. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Kikyou:
Considerada tradicionalmente como una de las siete flores de otoño mencionadas
en Manyoshu. Se traduce como campanilla que, con sus pequeños y delicados
pétalos de colores brillantes, proporcionan un gran placer visual.
Dr. Rajesh "Raj" Koothrappali. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Kuzu: un tipo de enredadera perenne muy invasiva que se utiliza en Japón para
hacer un tipo de té de hierbas, tartas e incluso fideos. También se usa para el control de la erosión y se le atribuyen diversas propiedades medicinales comercializando sus raíces. En el lenguaje de las
flores representa salud, vitalidad, paciencia, esfuerzo y fuerza.
Howard Wolowitz. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Nekoyanagi:
Lavanda.
Dra. Amy Farrah Fowler. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Yamabuki: Un arbusto caducifolio, con flores doradas de cinco pétalos. Su nombre en latín es Kerria Japonica.
Penny. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Sumire: La violeta. Según el kanji que se use para escribir el nombre de esta flor, puede tener diferentes significados, como violeta, flor morada, lucidez/sonido de joyas. Se dice que la forma de esta flor es parecida al tintero que usaban los carpinteros japoneses más tradicionales, por eso, se le dió el nombre de sumire: "sumi" tinta e "ire" contenedor. Es uno de los nombres más usados para las hijas pequeñas de las familias niponas.
Dr. Leonard Hofstadter. Fotografía cortesía de @inaki.dema
Yomogi:
La artemisa. Se come y se usa en varios alimentos japoneses como mochi y té.
Stuart Bloom. Fotografía cortesía de @inaki.dema
(Para ilustrar esta entrada, @inaki.dema nos retó a encontrar una serie de ocho personajes relacionados entre sí, y a escoger una tinta para cada uno de ellos, este ha sido el resultado. Para ver sus impresionantes trabajos, podéis seguirlo en cuenta de instagram @inaki.dema y en su blog La Tortuga Vacumática. )
Desde que en 2018 Inktraveler trajo por primera vez a España una selección de estilográficas de la casa Ōhashidō, estábamos deseando hacer esta reseña para contar un poco de la historia de la marca y nuestra experiencia en Japón con ella. Cajas marcadas como Ōhashidō Plumín y anillo marcados como Ōhasidō El primer punto al que debemos prestar atención es el nombre, ya que podemos verlo escrito indistintamente como Ōhashidō y como Ōhasidō, pudiéndose apreciar esta diferencia en las propias cajas y plumines de la firma. Es comprensible, realmente la marca se escribe en kanji 大橋堂 y la transcripción al alfabeto occidental (Romaji) de la letra central se podría transcribir como shi o si indistintamente. Aunque todavía no como Ōhashidō, la marca tiene su origen en Tokio en 1912, cuando Yoshiharu Uehara, abuelo del actual fabricante, abrió un taller en Asakusa, que, después del gran terremoto de Kanto en 1923, trasladó a Sendai (a unos 300 km al norte de
(De un tiempo a esta parte, cada vez que pienso en Japón me viene a la memoria el inicio de El cantar de Heike , tan conocido entre los japoneses como entre los españoles lo es el de El Quijote) Nuestro amor y admiración por el país son de sobra conocidos por quienes nos conocen. Allí, mimetizados en el bullicio de sus populosas ciudades, hemos vivido situaciones extravagantes y divertidas, disfrutado de momentos mágicos con sucesos inexplicables, nos hemos contagiado del estrés de las grandes urbes, para, un instante después, con la mirada vidriada y una sonrisa en los labios, admirar alguno de los edificios más imponentes del planeta, hemos gozado en silencio de sus paisajes más hermosos en plena naturaleza y congeniado con la amabilidad de su gente. En definitiva, de Japón nos emociona tanto su ética como su estética. De entre todos los lugares visitados y las muchas experiencias inolvidables, quedó grabado en nuestra memoria un atardecer en la pequeña y despoblada isla de Naoshim
Es común el escuchar que las plumas estilográficas no deben llevarse en los viajes por avión, y que el infringir esta norma es arriesgarse a perder una bonita camisa, chaqueta o bolso. Si bien es cierto que hay que tener un mínimo de cuidado, siguiendo unas normas sencillas podremos continuar usando nuestra querida pluma en cualquier lugar, ya sea en nuestro escritorio o en un exótico café de Birmania. El motivo de las pérdidas de tinta es el aire que queda en el interior del cartucho/convertidor de la pluma, con el cambio de presión empuja a la tinta que sale a través del plumín. Para evitarlo lo ideal es llevar la pluma llena de tinta y siempre en posición vertical, con el plumín hacia arriba, en caso de llevar convertidor, también valdría como solución de urgencia si está medio vacío , sacarlo de la pluma, extraer el aire moviendo el embolo hasta que toque la tinta y volver a colocarlo, de forma que no quede ninguna burbuja. Nunca más un cambio de presión será una
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